Vendimia
YODONA (8 septiembre 2012)
Han crecido con el latido de la tierra. Se han impregnado de las voces del viento y el silencio del sol y la noche. Murmullos, rumores, crujidos, silbidos y aullidos del paisaje han mecido su sueño. Las palabras ásperas, auténticas, cálidas y heladas del suelo les han susurrado historias antiguas, de fronteras pretéritas y lenguas ya calladas. Voces mortales, de generación en generación, han modelado sus cepas. Y con el eco de tantas huellas, ahora ofrecen su fruto maduro. Una armonía de sabores aún vírgenes, aún por explorar.
Es tiempo de vendimia. De recoger la labor de un tiempo y un espacio. De prensar la expresión de la tierra, exprimir las emociones y dejar reposar las ilusiones. Allí, en la cuba de la esperanza, en la marmita del alquimista, dormirá durante largos meses el canto sabroso y provocativo de la garnacha, la merlot o la shyrah. Barricas de roble llegadas de otras tierras y con otros sonidos acunarán su descanso y el tiempo, siempre el tiempo, sabrá crear nuevas estrofas de una melodía que enlaza a nuestros padres con nuestros hijos. En el silencio y la oscuridad, en el regazo de la tierra, resguardada de las prisas, se gestará la magia sin engaños. El más tangible de los sueños. El alma del fruto. Al fin, llegará el momento. El néctar abandonará su seno y llegará a nuestra copa. Entonces callaremos y escucharemos la generosa ofrenda de la tierra. Un sorbo que son las voces del viento, el sol, la noche, el paisaje, el suelo, las ilusiones, las emociones, el descanso, tantos sueños… Al fin, un sorbo de vida.
domingo, 9 de septiembre de 2012
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haces del vino la poesia de la vida, y quien sepa apreciar el esfuerzo de tantas cosas, el esfuerzo de las manos, el esfuerzo del agua, del sol, del aire, de la madera, de las horas, de la paciencia, entenderá que un gota de vino es el aliento de una vida entera.
ResponderEliminarGracias
Gracias Emma, tus textos son una delicia.
ResponderEliminarDescubrí de tu existencia gracias a la columna que escribes cada sábado en Yodona,
y desde entonces, siempre espero con ansia que llegue el sábado para poder leer tu columna y la de Barbara Alpuente.
Hace dos días descubrí que tenías este blog, y me has hecho muy feliz!
Muchísimas gracias por tus palabras. Aquí me encontrarás. Un abrazo!
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