Soy la luna que miras. La misma que miró tu madre. Y la madre de tu madre. Y todas las madres que antes hubo. Soy la protagonista de las leyendas. El deseo de los enamorados. El estigma del hombre lobo.
Mi perfil fue escrutado desde la tierra que pisas por fenicios, griegos y romanos. Bajo mi hechizo bailaron las brujas del medievo y mi influjo iluminó a los sabios renacentistas. Guerras, revueltas, derrotas y victorias se proclamaron ante mi faz imperturbable y mi luz tenue dio cobijo a sueños clandestinos.
Me estás contemplando. Y, en este preciso instante, tu mirada se une al sinfín de una madeja formada de ruegos, deseos y juramentos. La lazada de mi fulgor te ata al ruego del que necesita una madrugada mejor. A la charla de una anciana con los que ya no están. Al miedo de una niña que no puede dormir. A la nostalgia de un marinero que busca un pedazo de tierra donde asirse. A la somnolencia de un soldado desde la garita de vigilancia y, también, a la tensión del enemigo que le apunta desde las rocas próximas. En este ovillo de miradas también se agolpan las visiones de tu pasado y las de tu futuro. El amor que tuviste y el que tendrás. Los ojos que te acompañarán en tu madurez. Los que te cuidarán de anciano. Y, también, los últimos que contemplarás. Yo veré ese momento. Pero no pestañearé. Seguiré aquí. Pálida. Lejana. Imperturbable. Una solitaria y romántica devoradora de miradas.
martes, 7 de septiembre de 2010
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si et dic que és molt bo, no t'ho creuràs, oi? m'agraden especialment les dues últimes línies.... avui, però, ni lluna ni res, amb la nuvolada que hi ha. Però gràcies un cop més per compartir-ho.
ResponderEliminarJordi
Jordi, impresionada de la rapidesa del teu comentari. en aquests moments, a casa, la lluna s'amaga darrera una tormenta imponent.
ResponderEliminarcom sempre, gràcies a tu
Bravo Emma. Leerte es un placer y un confort. Que simplicidad y que plenitud, como la de la Luna. Tus "lazadas" dejan sobrecojidos a tus admiradores.
ResponderEliminarUn afectuoso saludo.
Un abrazo también para ti, Manuel, también las letras trazan lazos.
ResponderEliminarHoy aquí sí se ve la luna, pero no es tan bonita como la que he visto a través de tus palabras. Gracias.
ResponderEliminardani, pero si el poeta eres tú!!
ResponderEliminarBienvenida, Emma. Echaba en falta sus álter egos.
ResponderEliminargracias Guimaraes, y yo tus comentarios
ResponderEliminarHola Emma,
ResponderEliminarMe ha encantado tu relato. Así como los artículos que escribes en El Periódico. Soy lectora asidua de ese diario y, o no te había visto, o no me había fijado anteriormente que escribías. Felicidades.
Muchas gracias, Gema. Y bienvenida al blog!
ResponderEliminarCiao, Emma. Alguna vez te leí en el diario. Hoy te encuentro aquí... mi madre me puso Luna porque la suya se la 'regaló' a ella una noche de lágrimas. Mi padre siempre dijo que, realmente, era un diminitivo de Lunacharsky. Dudo. La Historia no lo explica, pero cuenta que nuestro devenir pasa ante la perplejidad de ella, del cielo, sin acabar de creer lo que sucede ante sí.
ResponderEliminarGuapa, un beso:
Luna
http://andthereisnotimetothink.blogspot.com
un beso también para ti, Luna
ResponderEliminarBona nit Emma, té descobert llegint l'article del dia de la vaga, té buscat i té trobat, ja veus! m'agrada com escrius. Una abraçada. Regina
ResponderEliminarmoltes gràcies, Regina. una abraçada també per a tu!
ResponderEliminarEs una lástima que no sigas escribiendo en el blog Emma. Te descubrí por casualidad hace meses en el Periódico. No soy catalán, pero me gusta dar un vistazo a muchos diarios, y desde que te descubrí suelo leer tus artículos casi todos los días, que más que artículos los conviertes en cuentos. Me gusta mucho tu forma de escribir y tus puntos de vista. Enhorabuena.
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