miércoles, 8 de mayo de 2013

Romper
YODONA (4 mayo 2013)




  Ahí está tu nombre, tu imagen, tus datos más básicos. Es un documento oficial… Será verdad. Te miras al espejo. Y el reflejo te anuncia que eres así. Joven. Viejo. Alta. Flaco. Seria. Risueño. Las imágenes y los documentos guardados en el ordenador también hablan de ti. Y los mensajes y los contactos de tu móvil. Tus lecturas. Las prendas del armario. Los recuerdos. Las canciones. Todo lo que te rodea te indica cómo eres. A veces te lo recuerda en un susurro, cuando te siente titubear. Otras, te lo testifica a voz en grito cuando te siente perdido y se apura a recordarte que naciste y que fuiste pelón o rubia o rollizo como un tocinillo. Naciste, creciste y estás dónde estás. El orden es un infiltrado agazapado, cada mañana, en el sonido del despertador, tras el espejo, en la inercia de ese café con una nube de leche, en esos datos impresos que insisten en seguir imponiendo su rutina.

Pero hay momentos, cuando el orden baja la guardia, en ese tránsito entre lo real y lo soñado, que un estilete juega a dibujar hendiduras en el espejo. Romper. Hacer añicos lo que se supone ya escrito. Despedazar la lista de los deberes. Cambiar el rumbo y reírse del dibujo loco de las huellas. Escribir un poema donde antes había un dictado. Improvisar una melodía donde sólo parecía existir un monótono e implacable tic-tac. Y rehuir el cementerio de las palabras que se olvidaron del significado, de los pasos que sólo repiten lo andado, de los diarios de páginas amarillentas, de la querencia sin sentido. Romper. Sin más. Y vivir.

2 comentarios:

  1. Hoy mi padre me ha dado esta columna, recortada de donde sea que la publicaras (¿quizá el Yo Dona?), y firmada con un "Besos". Es su hobby. Recortar artículos de prensa y repartirlos entre familia y amigos.

    Se me ha hecho un nudo en la garganta...

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  2. Mil gracias, Sfer... y también a tu padre!

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