martes, 20 de octubre de 2009

Soy la niña que llora flojito para que su padre no se despierte. La niña que siempre se porta tan mal que papi le pega. Y entonces mami se va a la cocina. Después, cuando ya estoy sola, mami viene y me abraza, pero nunca dice nada. Ella también sabe que soy mala. Pero igualmente me quiere. Porque mamá es muy buena. Me gustaría que no estuviera tan triste. Yo intento portarme bien para que no llore tanto. Pero cuando papá se enfada conmigo, ella llora mucho. Pero en silencio. Si no fuera porque le caen las lágrimas, nadie sabría que está triste. Hay veces que también llora fuerte, como cuando viene la tía, las dos se encierran en la cocina y entonces oigo a mami llorar muy fuerte. Y cuando la tía se va, siempre le dice lo mismo. Tienes que ser fuerte, Mari. Mari es mi mamá. Tienes que ser fuerte, coger a Lucía e irte. Lucía soy yo. No sé donde quiere la tía que nos vayamos. Pero ella también me quiere, me abraza, me da muchos besos y, a veces, hasta me trae regalos. Aunque después mami me los esconde. No quiere que los vea papi. También me dice que nunca le diga que ha venido la tía. A papi no le gusta que mami hable con gente. Y menos con otros hombres. Un día se enfadó mucho porque la vio hablando con el chico del quiosco. Por la noche oí mucho ruido en la habitación de ellos, papi gritaba y se oían golpes. Yo tenía tanto miedo que me metí en el armario con Trudy. Trudy es mi perrita de peluche. Es muy bonita. Pequeñita y blandita. A ella siempre se lo explico todo. Me dormí dentro del armario. No sé cuanto rato estuve allí, mami me despertó y me metió en la cama. Ella también se quedó un rato conmigo. Le caían lágrimas. Pero de las calladas. Y tenía sangre en un labio. Me dijo que no se lo contara a nadie. Y yo no lo hice. Yo siempre obedezco a mami. Como cuando me dice que no me suba la manga de la camiseta en el cole, que la señorita no vea que tengo morados en el brazo. Yo no lo hago. Porque entonces la señorita también sabría que soy mala. Pero hoy papi me ha hecho daño en la cara y tengo mucho miedo de que se me note. Diré que me he dado un golpe con la puerta. O que he tropezado en las escaleras. O que esta noche me he caído de la cama. No quiero que nadie sepa que soy mala.

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