jueves, 10 de marzo de 2011

Soy la bailarina atrapada en una caja de música. Tin tirin tín suena la canción y giro y giro. Siempre bonita. Siempre erguida. Siempre un baile para ti. Me descubriste de niño, escondida en un armario y, desde entonces, me quisiste tuya. A través de mi cielo de madera escuché tus juegos y tus risas. Y también tus lloros en las noches calladas y quietas. Entonces, venías a buscarme y la vida se me abría en tus pupilas húmedas de niño. Tin tirin tín, giraba y giraba y tus lágrimas se perdían entre mis brazos, en el sortilegio de la danza.
Después me olvidaste. Y el tiempo se detuvo en mi gesto inmóvil. El eco de tu voz se desprendió de la inocencia y yo solo soñaba con una mirada tuya que desnudara mi baile. Pero las horas se fundieron en meses y los años en vida, hasta que otra risa de niño rescató mi sueño y trajo, de nuevo, tu mirada añorada. Tin tirin tín arrancó la música. Y giré y giré de nuevo para ti. Para unas pupilas cercadas por las líneas de una existencia sin mí.
Los sonidos se fueron apagando. Las risas de tus hijos se desvanecieron, junto con aquella voz que sí pudo mover sus brazos para tomarte. Ahora, cada día, cada hora, con tus ojos gastados, rodeado de una oscura y silenciosa parálisis, vienes a buscarme. Tin tirin tín, suena la canción. Y yo bailo y bailo para ti. Y tú te pierdes en mi movimiento eterno, tratando de robar, de sorber, de aprisionar una vida que se te escapa. Como si esta virgen de porcelana pudiera librarte de un futuro de cielo de madera. Tin tirin tín.

2 comentarios:

  1. Per fi tornes! Me n'alegro... Increible última frase per cert. Emocionat! No ho tornis a deixar si us plau!

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  2. Qué bueno que volviste… se te echaba de menos.

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